Carlos Ciappina, profesor de Historia de América Latina en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP, ex vicedecano, y doctor en Comunicación por esa misma universidad pública, suele apelar a Facebook para dejarnos ciertos aires de “salud pública”, pero no en el sentido de los higienistas, tan fachos ellos, sino en el de los revolucionarios de la Francia de Danton, Sade y Marat. Y como no podía de ser de otra forma le tocó el turno a los recientes dichos de Mauricio Macri por Davos y en las Galias de Macron: “en Sudamérica somos todos descendientes de europeos”, clara manifestación de lo que podríamos denominar analfabetismo orgánico de clase.
Publicó Ciappina en la dizque red social, que bien privada es ella por cierto; a no engañarse.
Hablamos guaraní todo el tiempo: Saludamos a un gurí o gurisa (niño/a); nos llamamos Anahí (flor de ceibo); nos comemos un caracú (tuétano del hueso); o unos mates (mate es quechua) con chipá (panecillo de harina de de mandioca); admiramos al jaguar (el felino más poderoso del mundo); vamos hasta Sarandí (malezal); plantamos una tacuara (caña resistente); nos quedamos a la vera (margen, orilla) del río; nos cuidamos del yacaré; nos asombramos cuando vemos un ñandú (ave terrestre americana); vivimos en una tapera (casa en ruinas); nos vamos al Uruguay (río de los pájaros). Hay cientos de palabras y frases más que hablamos todo el tiempo (sin contar el «pequeño detalle» que entre Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y la Argentina hay más de 5.000.000 de personas que hablan como lengua materna el guaraní. Por lo de «todos somos europeos » ¿viste?