La alarmante situación que atraviesa la provincia de Buenos Aires, que tiene su mayor expresión en La Plata, es producto de la desidia que ha generado el gobierno de María Eugenia Vidal en los últimos años. En la ciudad de Julio Garro aumentaron considerablemente los hechos delictivos y el costo de vida se elevó a tal punto que los clubes de barrio se convirtieron en merenderos para paliar la pobreza y el hambre que surge en lugares donde hace unos años existía otra realidad. El programa de precios congelados que el gobierno dice ejecutar con el plan “Precios Esenciales” no deja de ser una utopía que no se visualiza en los supermercados, ya que los productos anunciados son muy difíciles de encontrar en las góndolas y, en los pocos lugares que hay stock real, ya muestran aumentos que promedian un 20% con respecto a las estadísticas que se registraban antes del anuncio oficial de Cambiemos. La realidad que atraviesa el pueblo cada vez encamina a la provincia y a las grandes localidades que gobierna el oficialismo a un revés en las urnas para el macrismo, centrado hoy en aumentar la protección mediática con nuevos fondos y dejando en el olvido los reclamos en materia educativa, de seguridad y en sectores claves como la salud, donde los profesionales piden más asistencia porque deben desempeñarse en instituciones perjudicadas y sin insumos por los años de abandono. Tal como lo remarca la presidenta del bloque Unidad Ciudadana FPV – PJ en la Cámara de Diputados bonaerense, Florencia Saintout, los vecinos de cada barrio abandonado por el gobierno saben que hay otro camino posible para frenar el saqueo de una derecha argentina personalizada en figuras de Cambiemos que no han cumplido ni una promesa prometida.
Por Carlos López / Mientras el intendente Julio Garro se preocupa en pintar las plazas que se encuentran dentro del casco urbano de La Plata y la gobernadora María Eugenia Vidal recorre distintas zonas del país pensando en la campaña política hacia las próximas elecciones, la capital de la provincia cuenta cada vez con menos empleo y más pobreza en los barrios. La caída del poder adquisitivo es una realidad que se profundiza cada mes y los despidos en aumento hacen que las posibilidades de volver a contar con una economía equilibrada en las familias sea hoy un sueño imposible de imaginar. Los comedores se han duplicado y otras instituciones educativas y de contención para los más desprotegidos han tenido que limitar los servicios básicos por los aumentos tarifarios que el propio gobierno macrista autorizó.
La actual presidenta del bloque Unidad Ciudadana FPV – PJ en la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires y ex concejala platense por la misma fuerza, Florencia Saintout, denunció esta semana la situación de olvido que atraviesan los vecinos en barrios platenses que conviven diariamente con acumulaciones de agua y condiciones de higiene básicas insatisfechas, no sólo en los barrios periféricos, sino también en calles cercanas al centro de la ciudad como el cruce de la Avenida 1 y Avenida 44, en las inmediaciones a la estación de trenes. “¿Este es el trabajo en ABSA que elogió la gobernadora Vidal junto al intendente Garro? Mienten. ABSA es un desastre, las calles de La Plata son un desastre. Lxs platenses lo saben”, escribió la diputada provincial en su cuenta oficial de Twitter al denunciar el estado de olvido de algunos sectores de la ciudad.
Según lo informado por el Departamento de Estadísticas de la Procuración General, en el departamento judicial La Plata de 2017 a 2018 se registraron un 15,3% más de homicidios y un 75,2% más de estafas, además del incremento en un 2,9% en la cantidad de homicidios culposos registrados. Sin embargo, el intendente macrista ocupó el pasado año sólo un bajo porcentaje del total de partidas que el área de Seguridad tenía destinado a mejorar los mecanismos de prevención y protección ciudadana, lo que inevitablemente hizo resurgir en el Concejo Deliberante sobre la incógnita: ¿A dónde fueron a parar los fondos planificados para acciones de prevención y control si sólo se ejecutó un 32% del total?
Saintout, como legisladora provincial y futura precandidata a intendenta de La Plata, remarcó que la suba de los homicidios y las violaciones en la capital bonaerense tiene una explicación: “Garro subejecuta el presupuesto de seguridad y no realiza campañas contra la violencia de género. Con lo que no gastó podría haber comprado 500 patrulleros”, remarcó. Es que según indicaron los informes de Unidad Ciudadana, el intendente macrista aprobó el desplazamiento para otras actividades de unos 475 millones de pesos del presupuesto que pertenecía a la Secretaría de Seguridad, que tenía un total destinado de 715 millones de pesos.
De igual manera, la desidia en el sistema de Educación se refleja en decenas de edificios educativos que tienen que afrontar las jornadas con graves problemas de infraestructura. De cara a los meses más fríos del año, los gremios se anticipan con un pedido de asistencia que no será escuchado porque la falta de atención a los reclamos de los maestros viene siendo ocultada por la gobernadora Vidal desde su asunción. En la Escuela Secundaria Técnica N° 7 de La Plata esta semana se suspendieron las clases “hasta nuevo aviso” porque el edificio sufrió un desprendimiento de un pedazo de mampostería en un pasillo, pese a que los reclamos ya se encuentran desde hace meses presentados ante el Ministerio de Educación para refaccionar las unidades educativas que ponen en peligro la vida de menores y profesionales.
Los padres de los alumnos fueron informados con un aviso en el cuaderno de notificaciones, lo que impide ahora que los menores puedan acceder al edificio ubicado en 42 entre 8 y 9 de la capital bonaerense, ciudad olvidada en materia educativa primaria y secundaria por el intendente Julio Garro. Es decir que entre la Municipalidad y la provincia se reparten culpas con el único fin de distorsionar los reclamos y ganar tiempo en nuevas respuestas negativas que no hacen más que corromper con el derecho a estudiar de los más chicos.
Lo que ocurre en la ciudad de Garro es una reproducción de la política del olvido que Vidal impone en toda la provincia de Buenos Aires, donde no bastó la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez en la Escuela N° 49 de Moreno para que se tomaran medidas que garanticen la seguridad de los más chicos y los profesionales. Así como no han avanzado obras que mejoren las condiciones edilicias, Vidal tampoco permite que se ejecute la Ley 14.735, que establece el boleto educativo provincial, y que fue lograda producto de una lucha en conjunto de estudiantes, docentes y organizaciones estudiantiles en general. A pesar de que el proyecto fue convertido en ley hace casi cuatro años en la Legislatura bonaerense, Cambiemos impide que se garanticen los derechos de los estudiantes que serán futuros profesionales bonaerenses, desconociendo las demandas de las grandes mayorías, incluso en un contexto de inflación en alza.
Si es difícil la realidad que atraviesan las instituciones que dependen del Estado provincial, peor aún es la situación que afrontan los clubes de barrio, hoy olvidados y golpeados fuertemente por los aumentos tarifarios que, lejos de mantenerse con un techo como prometió falsamente el gobierno, han aumentado nuevamente en los primeros cuatro meses del año. Además, producto de la crisis económica que generó el macrismo, en una ciudad como La Plata unos 32 clubes de barrio que solían ser un espacio de comunión para diferentes actividades deportivas y recreativas de los más chicos se convirtieron prioritariamente en merenderos que luchan contra el avance de la pobreza en los barrios más necesitados.
Clubes como la Liga de Fomento Dardo Rocha, ubicado en el barrio de Ringuelet, tuvieron que dar de baja algún servicio para no gastar todos los fondos destinados a otras necesidades como lo necesario para cubrir las clases de taekwondo, zumba, yoga, fútbol e informática, entre otras actividades. El presidente del club, Alejandro Martínez, en una entrevista con el portal Diario Contexto denunció que “el intendente Garro nos llamó y dijo que iba a intervenir, pero nos mandó a hablar con un gerente a Camuzzi (distribuidora de gas natural), y ahí nos contestaron presentando los números que debíamos. No hubo ningún tipo de plan de pago especial que nos permita afrontarlo”, afirmó.
A su vez, algunos clubes tuvieron que destinar la mayoría de los fondos a la compra de alimentos para el comedor a donde cada vez asisten más chicos, lo que obliga a realizar fiestas o cumpleaños pagos para recaudar nuevos fondos. En los casos más extremos se han tomado decisiones como dar de baja el servicio de la luz o el gas para mantener al menos uno activo.
Las organizaciones sociales que concentran a los clubes esperan consolidar una unidad en la lucha contra el saqueo macrista, compartiendo espacios de encuentro entre los clubes de la provincia de Buenos Aires y los de la Ciudad de Buenos Aires, inmersos en una realidad similar. El pasado jueves unos 50 clubes de barrio de la Capital Federal realizaron un apagón en forma de protesta para pedir por la aprobación del Proyecto de Ley 888/19 de la Legislatura porteña que apunta a aplicar una tarifa social eléctrica con subsidios del 50%, como una medida que podría ayudar a reducir los excesivos costos de los servicios.
La lógica de Cambiemos es mentir en los medios de comunicación que realizan una protección mediática sin precedentes para llegar de la mejor manera posible a las elecciones de este año, con medidas que no son más que una pantalla para desviar el principal foco de preocupación del pueblo, hundido en la desidia de un gobierno que endeuda al país a pasos agigantados y cumple con todos los requisitos del Fondo Monetario Internacional. Luego de fracasar el programa en distintos puntos del país, esta semana la consultora Nielsen evaluó los precios de 64 productos que integran la canasta de “Precios Esenciales” que lanzó el gobierno, en los que pudo evidenciar un aumento promedio del 20% con respecto a los precios antes del anuncio oficial de Macri. Es decir que Cambiemos no solo limitó el plan a alimentos de baja calidad alimentaria, sino que también autorizó que se realicen los aumentos necesarios antes de congelar los precios para que los empresarios no pierdan terreno contra la inflación.
En ciudades como La Plata o Necochea los propios vecinos denuncian en las redes sociales que algunos supermercados no cuentan ni con la mitad de los productos que fueron anunciados por Macri y celebrados por Vidal como una respuesta a la pobreza que el propio gobierno generó. Lo cierto es que ninguna medida temporal y electoral podrá responder contra la cantidad de puestos de trabajo que el macrismo ha eliminado y con una actividad comercial que lejos de reactivarse se encuentra cada mes más estancada por la simple razón de que las familias deben preocuparse por pagar los servicios y consumos esenciales, reduciendo cualquier otro tipo de gasto secundario.
Precisamente esta semana se confirmaron unas 2.800 suspensiones en la firma alemana Volkswagen, que cuenta con su planta de producción en la localidad de Pacheco, partido de Tigre. Los operarios que fueron suspendidos realizan su trabajo en la construcción de la camioneta Amarok, una de las más costosas de la firma y que ha sufrido importantes bajas en las ventas en los últimos meses. Además, la marca Zanella anunció también que despedirán personal en las cuatro plantas de producción que tiene por distintas zonas del país. La caída de la economía en general y la devaluación del 120% producida por las medidas del gobierno durante el último año dan lugar a que las empresas descarten a los trabajadores para reducir costos, en complicidad con la política de ajuste.
Tal como lo confirmó este mes el INDEC, en febrero la actividad económica a nivel nacional cayó un 4,8% interanual y mostró en febrero pasado una leve mejora en el rubro agropecuario pero con pérdidas en otros sectores centrales como el comercio, que registró una caída del 12,3% y la industria que se desplomó un 8,2%. Lo crítico de estos datos es que la caída de la actividad industrial o comercial no tiene sólo que ver con una baja de las ventas o la producción, sino que significa que muchos de los trabajadores que hoy ocupan sus puestos ya no sean necesarios por la falta de demanda.
Que la gobernadora de la provincia de Buenos Aires y los intendentes que siguen sus pasos, como Julio Garro en La Plata, consideren que la sociedad seguirá soportando el abuso de poder brinda la oportunidad ideal para que una alternativa electoral pueda darle una salida a un gobierno que sólo piensa en sus propios intereses y olvida a los millones de bonaerenses que hoy tienen que afrontar un economía encarecida con bajos ingresos. Como Saintout lo viene remarcando en La Plata, “hay otro camino posible” para que las localidades bonaerenses vuelvan a ser ciudades para todos.