El crítico cultural, poeta y académico de la UBA Guillermo Saavedra vuelve con sus sonetos justicieros, injuriosos. Justicieros porque asume aquello de la justicia poética; e injuriosos, pero en el orden de lo que el propio Jorge Luis Borges definiera con gloria. ¿Por qué no tener entre nuestras runflas bien pensantes, porque los bien pesantes de ellos apenas si, gracias Roberto Arlt, juegan con pelotas desinfladas entre el turraje. Aquí y ahora, el poeta con su “Peña renga volviendo por su fueros”.
Este precoz sorete, encanecido
en Anónima cueva de familia
y gestado una noche de zoofilia,
como un tacto rectal ha resurgido
para rizar el rizo de saraza
de la caterva dizque gobernante.
Con flatulento fiato vigilante,
este colgajo cutre de carnaza
abrió sus cantos pálidos: pa’l Fondo,
pidió respeto y, víctima de esguince,
dijo “Estamos mejor que en 2015”,
con un gesto de surubí cachondo.
Peña renga, te espera un gabinete
de morochos abriéndote el ojete.
(«Con Foto robada del muro del querido Miguel Núñez», aclaró el poeta).