Si nos atenemos a los datos que arrojan las intervenciones del gobierno de Cambiemos en la Provincia y en la Ciudad en materia social, económica y para los más vulnerables, como mujeres, jóvenes y adultos mayores y minorías castigadas, resulta indudable entonces que la única que levanta su voz pero con mucho más que discurso, con propuestas concretas, acciones y antecedentes, es la candidata de Unidad Ciudadana, del peronismo y del conglomerado de fuerzas sociales de efectiva oposición al eje Mauricio Macri – María Eugenia Vidal – Julio Garro a diputada provincial. Es más: Florencia aparece en el firmamento político como única alternativa para el futuro de La Plata, como insoslayable para debatir también el futuro de la Provincia y una voz que arroja claridad acerca de como esos planos del conflicto deben resolverse en el contexto de una ecuación nacional.
Por Carlos López / Florencia propone liberar a La Plata y a la provincia de Buenos Aires de los males de la derecha que arrasa contra las esperanzas de los que menos tienen, se oía decir hace pocos días en el marco de una reunión de vecinos y militantes que hacen todo lo posible para para detener la ola de intervenciones antipopulares con que se acomete desde los gobiernos nacional, provincial y municipal. Y en ese sentido, quizás sea necesario recordar que desde el campamento político de la académica y decana de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP se recuerda que fue Florencia la inspiradora del último más importante dispositivo mecanismo de solidaridad social que registra La Plata, cuando puso a esa Facultad al servicio de la atención de cientos de miles de damnificados por la inundaciones de 2013, práctica que el gobierno de entonces, de Cristina Fernández de Kirchner, supo leer a la perfección, inspirándose en el ella para aquella proclama de “la patria es el otro”.
Hoy la ciudad está aún más dolida. Leer por ejemplo lo que el editor de esta agencia Fernando López publica este mismo sábado en el diario Contexto: “Con despidos y salarios de hambre, Vidal profundiza la crisis sanitaria bonaerense”.
Ese mismo artículo consigna, y pasamos a reproducirlo: La Provincia ya notificó a decenas de trabajadores del Ministerio de Salud que rescindirá sus contratos a fin de mes. “Esto es parte del ajuste que lleva adelante la gobernadora. Su objetivo es achicar el Estado sin importar el costo”, repudió Vanina Rodríguez, prosecretaria de ATE. El regreso de María Eugenia Vidal a su función ejecutiva, tras ocuparse exclusivamente de traccionar la campaña de Esteban Bullrich y el resto de los candidatos de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires, fue mortal para los empleados de la administración pública. Ni bien puso un pie en La Plata, la mandataria echó a una docena de contratados de la Dirección General de Cultura y Educación. Pero no se detuvo ahí. La tijera de Vidal pasó también por el Ministerio de Salud. Según pudo confirmar Contexto, hasta este viernes, un total de 26 trabajadores con contratos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) –que financia el Banco Mundial a través del Estado nacional- recibieron la notificación de despido a partir del 30 de septiembre próximo, aunque se estima que podrían ser más de medio centenar los que finalmente queden en la calle. “Esto es parte del ajuste que lleva adelante la gobernadora. Su objetivo es achicar el Estado sin importar el costo”, dijo a este diario Vanina Rodríguez, prosecretaria de ATE Provincia, quien recordó que el año pasado, cuando Zulma Ortiz aún estaba al frente de la cartera sanitaria, el gremio logró frenar una ola de cesantías de “contratados PNUD”. Los representantes sindicales se reunirán el próximo miércoles con el actual ministro de Salud, Andrés Scarsi, para comunicarle que no aceptarán ningún despido, exigir el cumplimiento del pase a planta permanente de los becarios de los hospitales y plantear la necesidad de una reapertura de la paritaria. En cuanto a los pases a planta en el sector sanitario, la gestión de Vidal se había comprometido en noviembre último a regularizar a 300 trabajadores cada dos meses, tanto los comprendidos en la Ley 10.430 como los de la 10.471. “En lo que va del año sólo tuvimos una tanda de 52 pases a planta, hace dos meses, y otra de 153 hace 10 días, cuando tendrían que haber sido más de 1.500 como mínimo”, precisó Rodríguez. Otra cuestión que preocupa al gremio son los salarios por debajo de la línea de pobreza, por lo que se hace necesaria una “urgente reapertura de la paritaria” para saldar la pérdida del poder adquisitivo. “Nuestra paritaria cerró en diciembre del año pasado con aquel 18% mentiroso que el Gobierno de Vidal pudo imponer gracias a la complicidad de los otros gremios. Un trabajador hospitalario de la 10.430 (enfermeros, camilleros, administrativos y técnicos) no llega a cubrir la canasta básica que marca el INDEC, pese a tener la mayor carga horaria de la administración pública provincial (48 horas semanales)”, sostuvo la prosecretaria de ATE.
Hasta ahí el texto del colega Fernando López, un ejemplo último de que, en la provincia de Buenos Aires, se ha producido una profundización de diversas emergencias sociales, con la dirección de la derecha que conduce María Eugenia Vidal, que provoca un ajuste sobre los proyectos y planes sociales pensados para lograr un rol activo del Estado en protección de los más necesitados.
Esto es lo que se percibe con mayor crudeza en el Conurbano Bonaerense y en grandes distritos como el Gran La Plata, donde los intendentes macristas, protegidos por las barreras de la desinformación mediática, han logrado adueñarse de los presupuestos municipales para destinarlos a grandes negociados, en detrimento de los barrios menos céntricos y con mayores problemáticas socio-económicas. A esta avanzada feroz de la derecha, la principal referente del kirchnerismo en la capital bonaerense, Florencia Saintout, emerge acompañada por diversas minorías y los vecinos de los barrios más perjudicados como la alternativa para llevar una voz de justicia social a la Legislatura bonaerense, bajo la órbita del combate antineoliberal de Unidad Ciudadana a nivel nacional.
Vidal sigue acumulando reclamos de varios intendentes, como el último caso de Verónica Magario en La Matanza, luego del lanzamiento del Programa Huertas Matanceras con el que el gobierno pretende “fomentar el alimento, el trabajo y la inclusión en los barrios”. Sin embargo, cientos de chicos atraviesan mañanas y tardes duras en la provincia de Buenos Aires debido al ajuste educativo que produce la falta de alimento en las escuelas bonaerenses. Con la reciente designación del nuevo director general de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires (DGCyE), Gabriel Sánchez Zinny, unas 15 personas fueron apartadas de sus funciones en la cartera educativa, en una metodología de despido en el área educativa que se propaga por todo el territorio nacional, ahora comandada por Alejandro Finocchiaro, quien dejó el cargo que ahora ocupa Zinny para llegar a la Nación.
Zinny llegó para dar su mejor esfuerzo en cumplir las órdenes de Vidal. En dos meses de gestión despidió, según denunció ATE, a ocho personas de la Unidad Ejecutora Provincial (UEP) y a siete la Torrecita, el edificio del sector que funciona en 13 y 50. En todos los casos se trataba de trabajadores que cumplían funciones desde hace 15 o 20 años pero que sin embargo en algunos casos permanecían con contratos precarios, lo que facilitó la limpieza del nuevo director general. La UEP fue uno de los organismos dependientes de la cartera de Educación más afectado por el ajuste de la gobernadora macrista, ya que se encarga principalmente de los proyectos de infraestructura escolar que mantienen en condiciones las escuelas de la Provincia, una de las principales carencias denunciadas por docentes en la actualidad. Esta semana, en una movilizacón de trabajadores estatales hacia la Subsecretaría de Educación de la DGCyE, el delegado de ATE, Alejandro Sánchez Moreno, explicó que “la situación de los edificios de las escuelas de la provincia de Buenos Aires es en muchos casos catastrófica, tienen muchas necesidades, y no sólo no se atiende esa demanda de la comunidad educativa, sino que el sector que hace ese trabajo se vacía mediante bajas de su presupuesto y recortes vía despidos”. Es decir que si bien los principales perjudicados de esta situación educativa son los menores que concurren a las escuelas, los maestros también deben convivir con la incertidumbre de afrontar situaciones con falta de insumos, condiciones edilicias deficientes y recortes salariales por paros, algo que el propio Mauricio Macri instaló a nivel nacional después de la represión a docentes en abril pasado.
Esta preocupación de los docentes empeora cuando desde la derecha hay una clara intención de acompañar el crecimiento político de la imagen del ministro de Educación y Deportes de la Nación, Esteban Bullrich, elegido este año por Cambiemos para encabezar la lista de senadores de la provincia de Buenos Aires. El funcionario PRO que en septiembre pasado llamó en un discurso público en Chaco a realizar “la segunda Campaña del Desierto”, ha demostrado ser ineficiente en incumplir la Ley de Financiamiento Educativo, no convocar a paritaria nacional, suspender programas educativos como ocurrió este mes con el pago del PROG.R.ES.AR. y desvincular cada vez más al Estado de la función primordial de educar. El gobierno de Vidal de esta manera da por finalizada la primera etapa del vaciamiento en Educación a nivel provincial, para luego ubicar a Bullrich como el dirigente que comandará las políticas que vendrán en el territorio bonaerense, con el pasado de haber ocupado el Ministerio de Educación en la Capital Federal, hoy una de las ciudades con mayor intervención privada en las escuelas.
Una situación muy similar atraviesan los trabajadores de la Salud. Es que ante el ajuste de Vidal las áreas básicas de salud, junto a la educación y la seguridad social -que ha dejado de ser democrática- son las más afectadas, siempre en relación a los vecinos que tienen menos posibilidades de mejorar sus ingresos y no pueden obtener alguna cobertura más eficiente que la otorga el Estado, devenida desde la llegada de Cambiemos al gobierno. Los programas orientados a la salud han disminuído en la Provincia y se han profundizado las malas condiciones laborales con las que cientos de profesionales deben atender en los hospitales públicos, sin insumos suficientes para atender la demanda de pacientes e incluso sin la seguridad para afrontar situaciones de peligro en los puestos de trabajo ante episodios particulares. Entro otras políticas derogadas, la Dirección de Enfermedades Transmisibles por Vectores, quedó reducida exclusivamente al conteo de los casos y a la realización de mínimas campañas publicitarias. A su vez, el Programa Argentina Sonríe que contaba con muchas mujeres de bajos recursos beneficiadas en la provincia de Buenos Aires fue dado de baja en octubre de 2016, dejando a muchos barrios aislados de la protección sanitaria que brindaban las Unidades Sanitarias Móviles. Sumando a esto se redujo la cartilla de medicamentos que el PAMI provee a adultos mayores, y se atacó a distintos sectores minorizados de la Salud como el caso de los trabajadores del Servicio Penitenciario Bonaerense, que además de convivir con lugares de trabajo en condiciones catastróficas y falta de insumos, desde este año denuncian traslados masivos y sumarios inventados para generar un recorte en la asistencia a personas privadas de su libertad. Hasta junio pasado, se registraba un elevado número de traslados de médicos de La Plata a Magdalena, o de Magdalena a Florencio Varela y de Mar del Plata a Sierra Chica, con el claro objetivo de perjudicar a los profesionales con distancias que les impiden continuar realizando su trabajo sin desvincularse de sus familias y viviendas, lo que inevitablemente termina en la renuncia a los puestos de trabajo. El principal caso que demuestra esto es la reestructuración del Hospital General de Agudos Mixto perteneciente a la Unidad Penitenciaria N° 22 de Olmos, en donde se realizó un vaciamiento con sumarios y traslados de médicos clínicos, enfermeros, odontólogos, administrativos, psicólogos, trabajadores sociales, ayudantes terapéuticos, bioquímicos y personal de saneamiento ambiental.
Así como la educación y la salud, la seguridad es otro tópico que preocupa profundamente a los bonaerenses, ya que la única orden que el macrismo ha generado hacia las fuerzas de seguridad es la represión en movilizaciones sociales y la salida indiscriminada de efectivos policiales a las calles para controlar y perseguir. Es que el aumento de policías es una política tan poco efectiva como el ajuste general en áreas centrales como salud o educación. En la ciudad de La Plata vecinos, legisladores provinciales y organizaciones sociales trabajan para luchar contra los delitos propios de un olvido de los sectores más postergados de la sociedad, con la ausencia total de la asistencia estatal municipal. Es por ello que reiteradamente los Concejos Deliberantes de varios municipios le reclaman a Vidal la declaración de la Emergencia en Seguridad, debido a tal como ocurre en La Plata, las políticas de los gobiernos macristas se centran en acaparar la atención de la policía en el centro de la ciudad, dejando de lado a los barrios periféricos, instalando políticas punitivas y comandando persecuciones policiales contra los pobres y minorías como las poblaciones migrantes, con fuerte presencia en la capital bonaerense. Eso sí, el intendente plantese Julio Garro no se olvidó de asfaltar y acondicionar la calle del country donde se aloja, pero en barrios como Altos de San Lorenzo se realizaron calles con un cemento que no duró más de una noche para volver a convertirse en barro y la oscuridad por falta de instalaciones eléctricas reina a horas de la noche.
En este sentido, la Unión de Comerciantes Minoristas de La Plata (UCMA) en le reclama al intendente platense una mayor protección para los comerciantes como así también beneficios impositivos para afrontar la caída de las ventas y los aumentos de los alimentos. La asociación que nuclea a trabajadores y trabajadoras de distintos barrios de la ciudad como Los Hornos, Altos de San Lorenzo, Villa Elisa, Olmos, San Carlos y el centro, nunca pudieron confirmar una reunión con Garro, y como máximo han sido recibidos por el presidente del Concejo Deliberante en representación de una Municipalidad que no da respuestas a las principales preocupaciones de los platenses. Es por ello que distintos organismos sociales han comenzado a reclamar este año para luchar contra las políticas autoritarias de Garro, apoyando las candidaturas locales y provinciales de otros dirigentes, entre los que se destaca la concejala platense por el FpV Nacional y Popular y decana de la Facultad de Periodismo (UNLP), Florencia Saintout.
Como principal referencia del kirchnerismo en La Plata, la candidata a diputada provincial por Unidad Ciudadana es la principal alternativa política que los sectores más perjudicados por las políticas neoliberales reclaman para volver a construir una ciudad y una provincia de Buenos Aires que incluya a todos los sectores sociales, con políticas de inclusión activas y redistribución de la riqueza. El principal apoyo que tiene la dirigente de Unidad Ciudadana se centra en los trabajadores de cooperativas, una actividad de que fue golpeada por el intendente Julio Garro desde que llegó al Palacio Municipal. En este sentido la decana de Periodismo propone la necesidad de declarar en la ciudad la emergencia laboral, tarifaria, alimentaria y farmacológica, que forman parte de un proyecto presentado por su bloque en el Concejo Deliberante. A su vez, el espacio que conduce la edil ha mostrado un fuerte compromiso con la lucha de las mujeres que cada día mueren asesinadas producto a la violencia de género, una problemática a la que el gobierno no hace alusión ni tiene pensado contribuir, a pesar de que los indices de casos vienen aumentando con el paso de los años con cifras alarmantes en la provincia de Buenos Aires.
Saintout es apoyada fuertemente por militantes barriales, trabajadores, estudiantes, científicos y referentes de la cultura del Gran La Plata para ser la conductora de la resistencia a las políticas neoliberales de Macri y Vidal, que han profundizado de manera negativa las grandes preocupaciones de los bonaerenses, las cuales han quedado huérfanas en los principales centros de discusión política, como ser las Cámaras legislativas provinciales, debido a la que la oposición no logra una unidad establecida y el PRO hace lo impensado para cuidar la imagen de la gobernadora, tapando las políticas de ajuste que han empobrecido a los sectores más vulnerables y encarnecido el odio clasista que representa la derecha en toda América Latina. Saintout propone terminar con “los tiempos de vergüenza y hambre, de ofensas y persecuciones” que ha instalado el macrismo, de la misma manera que se afirma como la principal dirigente para enfrentar los ataques a sectores como los cooperativistas y los despedidos en distintas áreas estatales y del sector privado en la Provincia, que no sólo no son escuchados por el gobierno bonaerense, sino que además fueron reprimidos con balas de goma en reiteradas ocasiones cuando intentaron hacer frente a las injusticias sociales en las calles.
“Ha aumentado el consumo de autos de alta gama, pero disminuyó el consumo de leche, lo que afecta a los más chicos, a nuestros hijos y nietos. Eso es hambre acá y en cualquier parte del mundo. El Gobierno de Cambiemos tiene la intención de hacernos todo más difícil, con un invierno sin garrafas ni electricidad en los barrios, sin trabajo. Pero nosotros tenemos más ganas de pelear que nunca, porque no aceptamos de ninguna manera que el único destino de nuestro pueblo sea la injusticia”, sintetizaba la concejala platense días previos a la elección de agosto, mensaje que sigue latenta antes de los comicios de octubre. En un escenario político en decadencia, Saintout se destaca precisamente por no representar un personalismo político que emerge para lograr la misma posición de poder que hoy han logrado dirigentes del PRO e incluso de la oposición cómplice del ajuste, como es el caso de los legisladores massistas. Durante toda su historia en la Universidad Nacional de La Plata, Saintout siempre escuchó las injusticias dentro de la casa de altos estudios y con su pasada candidatura a intendenta de la ciudad, caminó por los barrios más postergados escuchando y vivenciando la dura realidad de emprendedores, trabajadores, cooperativistas y vecinos que han sido olvidados por gobiernos neoliberales que instalaron punteros barriales para el control social. Este camino ahora la ubica como una alternativa concreta para que los trabajadores, los jóvenes, las comunidades de inmigrantes, los adultos mayores, y los sectores que luchan por la igualdad de género y de identidad -que denunciaron por ejemplo la golpiza de la semana pasada de una patota al joven Jhonan de La Barrera y su novio en las calles platenses-, tengan una voz fuerte en la Legislatura bonaerense. Esta posición va indudablemente de la mano de la conducción de Cristina a nivel nacional, la oposición real a los intereses económicos y financieros que hoy gobiernan la agenda de prioridades de Macri, porque como la concejala definió ante el Concejo Deliberante de La Plata, “un Gobierno neoliberal y de patriarcado es una combinación feroz” que siempre irá en contra de los intereses de las grandes mayorías que componen el pueblo. Los mismos poderes que bombardearon la Plaza de Mayo en el ‘55, los que desaparecieron pibes y pibas en la última dictadura cívico-militar, son a quienes hoy enfrentan sin cesar los vecinos que acompañan la candidatura de Saintout y la construcción de Unidad Ciudadana en todo el país para lograr “una patria liberada”.