Fue el impulsor del cartel hecho propio por el bloque de diputados nacionales de Cambiemos que contenía la inscripción «Nunca más a los negocios con los DD.HH”, un forma tan sincera de evocar el 24 de marzo los funcionarios, amigos y cómplices de un gobierno en manos de nietos de “la Fusiladora” e hijos de la dictadura cívico eclesiástico militar de 1976. Las capuchas usadas por los grupos de tareas del terrorismo de Estado, tan propios de la familia Massot en Bahía Blanca, paso a ser ahora un artefacto simbólico de toda esa maldita derecha argentina que se camufla entre las instituciones de la Constitución, a la espera, y de ser necesarios, de volver a matar, secuestrar, torturar, que al fin al cabo es lo que siempre hicieron a lo largo de su existencia.
La familia de Nicolás Massot es dueña de aquél periódico macabro, vocero de los peores esbirros de la dictadura de Videla, La Nueva Provincia, Es sobrino de Vicente Massot, acusado en 2014 de haber cometido delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. Fue yerno del ex intendente de Córdoba, Germán Kammerath,que en diciembre de 2015 fue condenado a 3 años y medio de prisión e inhabilitación de por vida para ejercer cargos públicos por delitos de corrupción. El hijo dilecto de genocidas es una macrista de la primera hora: durante la gestión de Mauricio Macri como intendente de la Capital Federal, se desempeñó como director general de Reforma Política e Institucional. En 2015 fue elegido diputado nacional por la provincia de Córdoba para el período 2015-2019, y elegido presidente del bloque legislativo del PRO en reemplazo de Federico Pinedo quien renunció a su banca como diputado para asumir como senador.
“La conmoración del 41 aniversario del golpe de Estado abrió una grieta en el bloque de diputados de Cambiemos, donde los radicales pidieron no difundir una foto con dos carteles propuestos por el PRO, pero como era de esperar la imagen se filtró en las redes sociales. Las polémicas pancartas las llevó el jefe del bloque PRO Nicolás Massot y tenía las leyendas ‘Nunca más a los negocios con los DDHH’ y ‘Nunca más a la irrupción del orden democrático’, con fondo negro y letras blancas. No estaban en el libreto: la convocatoria había sido para posar junto a una bandera de Cambiemos con el lema «Los DDHH no tienen dueños» y esa fue la primera toma de los fotógrafos oficiales. Para las que siguieron Massot y Silvia Lospennato desplegaron sus carteles horizontales y tomaron de sorpresa a sus pares radicales que aún estaban en pose. Enterados de la maniobra, Emilio Monzó y Pablo Tonelli se fueron antes de la segunda foto y evitaron la polémica. Sorprendido, Negri, que es el jefe del interbloque, advirtió que sus correligionarios estaban molestos y exigió difundir sólo la primera imagen, pero no evitó que los macristas usaran las redes sociales para imponer sus lemas. El encargado de esa misión fue el pampeano Martín Maquieyra, uno de los macristas más obedientes a Massot, quien de todos modos llegó a conducir a los diputados PRO por orden de Monzó”. Así dice la nota publicada este sábado por el sitio La Política On Line (LPO) con el título “Bronca del radicalismo por polémicos carteles sobre derechos humanos que impuso el PRO”.