Carlos, que se llama de pila el doctor en Comunicación, hombre de Historia y profesor de Latinoamericana en Periodismo de la UNLP, Facultad que goza de la fortuna de volver a tenerlo en su conducción – fue secretario académico y vicedecano, y ahora flamante director de la Licenciatura – suele intervenir con agudeza en la redes sociales, que nada tienen de sociales y todo de privadas y concentradas, dicho sea de paso; y nosotros tomamos algunas de sus intervenciones para convertirlas en columnas de opinión. Esta vez advierte sobre los efectos de la maquinaria comunicacional – publicitaria, creadora de sentidos con fines de control social por parte de las clases que en el capitalismo se quedan con el valor de la producción social, y observa cómo es que los humanos no aprenden los modos de la cultura dominante, que no se trata de una operación del intelecto a secas, sino que los viven, con sus almas sí, pero sobre con sus cuerpos. Y dice:
Uno vive desde niño «dentro» del sistema capitalista. Dicho de otra forma, no aprendemos sus modos sino que los «vivimos» desde que ni siquiera tenemos memoria. Aún así, hay veces, que podemos sorprendernos: veo una propaganda de crema en la TV que promete -luego de pagar por ella, obvio- quedar «hasta dos años más joven». Y me pregunto: ¿tengo 56 años, si compro y uso la crema voy a parecer de 54? (¡qué gran diferencia!). Si tuviera 92 años y usara esa crema mágica, ¿alcanzaría el aspecto de una persona de 90? (¡otra diferencia apreciable!). Y mi temor más profundo: si tengo dos años de edad y me aplican la crema ¿desaparezco?……No sé, el capital es una fuente de irracionalidades inagotables………..Si, ya sé, no me digan nada….la voy a comprar……Cicatricure.