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Los cancilleres de Brasil y Chile, Luiz Alberto Figueiredo y Heraldo Muñoz respectivamente, acordaron realizar un intercambio de información sobre las violaciones de Derechos Humanos registradas en ambos países durante las últimas dictaduras.
«Los Derechos Humanos son fundamentales para ambos gobiernos», y además existe el «simbolismo» de que tanto la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, como su par chilena, Michelle Bachelet, fueron perseguidas por esas dictaduras, señaló Muñoz en Brasilia, tras entrevistarse con Figueiredo. El canciller brasileño reivindicó por su parte las buenas relaciones personales que mantienen ambas jefas de Estado y las señaló como un factor que facilita la profundización de relaciones.
Brasil padeció los gobiernos cívico–militares entre 1964 y 1985, mientras que Chile vivió bajo la dictadura conducida por el general Augusto Pinochet entre 1973 y 1990. El ministro chileno dijo que su país «ha acumulado muchos datos sobre la represión», en los cuales hay información sobre brasileños detenidos tras el golpe del 11 de setiembre de 1973, que derrocó al presidente democrático Salvador Allende.
En ese momento residían en Santiago centenares de exiliados y había expertos brasileños trabajando en los organismos de las Naciones Unidas, básicamente en la Cepal.
El canciller Muñoz agregó que existe información incluso sobre torturadores brasileños enviados a Chile por la dictadura y otros datos sobre la cooperación de ambos regímenes en el marco del Plan Cóndor de coordinación represiva regional.
Muñoz reivindicó que «el pasado no puede ser olvidado y las sociedades deben encontrarse con sus historias», por lo que el acuerdo alcanzado ayer será tratado con «la mayor importancia».
Durante su encuentro en Brasilia, que significó su primer viaje al exterior como canciller, desde que asumió el nuevo gobierno en Chile, también fue acordado que un diplomático brasileño seá incorporado a la misión chilena que ocupa un asiento no permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Asimismo, Brasil pondrá a disposición de Chile a sus embajadas en aquellas naciones en que no está presente, a fin de colaborar de una manera «más estrecha» con la gestión chilena ante la ONU, dijo Figueiredo.
Según Muñoz, ese acuerdo y el pactado en el área de Derechos Humanos le darán una mayor «densidad» a una relación que «ya es muy intensa» en los planos económico y comercial. El canciller recordó que Brasil es el principal destino de las inversiones externas chilenas, que cifró en unos 25 mil millones de dólares, y de las cuales afirmó que «generan 100 mil empleos». Por su parte, Figueiredo destacó que Chile es el tercer socio comercial regional de Brasil, con una corriente de intercambio que el año pasado alcanzó a los 8800 millones de dólares.