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El Tribunal Oral Subrogante de Bahía Blanca comenzó hoy con las testimoniales, en el marco del juicio oral y público contra siete militares imputados por delitos de lesa humanidad cometidos en jurisdicción del V Cuerpo del Ejército durante la última dictadura cívico militar.
Se trata del Tribunal integrado por los jueces José Mario Triputti, Jorge Ferro y Martín Bava, quienes llevan adelante el debate de la causa 1067 caratulada «Stricker, Carlos Andrés y otros por privación ilegal de la libertad agravada, reiterada, aplicación de tormentos reiterada, homicidio agravado reiterado a Yotti, Gustavo Marcelo y otros en área controlada operaciones Cuerpo Ejército V». Los detenidos están imputados por privaciones ilegales de la libertad, tormentos y homicidios contra un total de 89 víctimas. También por la apropiación de dos criaturas nacidas en cautiverio en el centro clandestino de detención conocido como “La Escuelita” y que todavía no conocen su identidad.
Son juzgados José Héctor Fidalgo, Felipe Ayala, Bernardo Artemio Cabezón, Fernando Antonio Videla, Carlos Andrés Stricker, Alejandro Osvaldo Marjanov y Ricardo Gangolfo.
El primer testimonio fue brindado por Anahí Medina Bustos, hija del ex diputado provincial del Frejuli Mario Edgardo Medina, quien fue secuestrado junto con su mujer, Mirta Bustos, el 23 de marzo de 1976 en una vivienda del barrio Tiro Federal de Bahía Blanca. Desde el consulado de Suecia, país donde reside, la mujer a través de videoconferencia señaló lo que había ocurrido cuando tenía 5 años.
Medina Bustos afirmó que «un día antes del golpe de estado, irrumpieron en la casa de mi abuela materna, donde estaba allí junto con mi hermana Mellisa Ayeray Medina Bustos».
«Estábamos ahí esa noche porque mis padres Mario Edgardo Medina y mi mamá Mirta Bustos, estaban en ese momento en otra casa en el barrio de La Falda, porque tenían que viajar al día siguiente a La Plata, donde se desempeñaba como diputado»
La mujer recordó que la gente que llegó a la casa «tenían botas, armas muy grandes, eso nos impresionó muchísimo. Tiraban cosas, rompían los muebles y una persona con botas muy pesadas grandes nos pega una patada a mi hermana y a mí nos tiran debajo de una mesa».
Bustos expresó que «estábamos aterrorizada las dos, de la mano, eso quedó en la memoria a pesar que teníamos cinco años, no es algo que sucede todos los días. El 23 de marzo fue el comienzo de una pesadilla interminable de muchos años, de la incertidumbre de no saber donde estaban, no se sabía a donde acudir, todos tenían miedo, empezó la desesperación, la pobreza, la exclusión».
La mujer comentó que esa noche en la vivienda de su abuela fueron secuestrados sus tres tíos y trasladados a bordo de un camión. En el tramo de su testimonio Bustos relató también que a su padre lo vio mucho tiempo después cuando se encontraba detenido en la unidad penal de la ciudad chubutense de Rawson.
Medina Bustos expresó que «ahora que los juicios que se han instaurado en la Argentina, siento paz, que la justicia finalmente llegó a pesar del tiempo transcurrido». También acotó que «nunca nos educaron en el odio, recién supimos muchísimas cosas de grandes, recién supe el relato de mis padres el 13 de septiembre del 2011, ellos no quisieron nunca herirnos».
La mujer expresó ante el Tribunal que «tanto mi mamá como mi papá fueron desvastados psíquicamente y físicamente, nunca más fueron los mismos”. «Mi madre quedó estéril debido a las torturas, nunca más pudo tener hijos, quedó con problemas psíquicos permanentes», comentó.