Nos reunimos «en medio de intensos operativos militares apoyados con la asesoría norteamericana, desplegados con el supuesto pretexto de rescatar al ingeniero canadiense Jernoc Wobert de la compañía multinacional Geo Explorer, retenido por el ELN en la mina Casa de Barro de Norosí, Sur de Bolívar», señala el documento.
«Sólo la unidad, el sentido autocrítico y la consolidación de nuestras organizaciones serán garantes de los objetivos que tenemos los revolucionarios en dirección a construir una nueva sociedad», apunta el texto, firmado por el Bloque del Magdalena Medio de las FARC-EP y el frente de Guerra Darío Ramírez Castro del ELN.
«Los adversarios al desarrollo económico y social de la región -agrega- le atraviesan poderosos obstáculos, incluidas leyes acomodadas, sólo para favorecer a la gran minería multinacional que busca consolidarse mediante el despojo y el saqueo a gran escala».
«Simultáneamente declaran ilegales a las comunidades que ancestralmente sobreviven con la extracción del oro y las actividades agropecuarias», señala.
Ambas guerrillas apuntaron «cómo la locomotora minera promovida por el gobierno de Juan Manuel Santos, sólo trae miseria, desplazamiento de comunidades, depredación de nuestros recursos y toda una campaña de persecución a las poblaciones organizadas, con detenciones masivas, quema y destrucción de sus herramientas y entables mineros».
En el comunicado las FARC-EP valoran positivamente los alcances logrados en la mesa de conversaciones con el Gobierno, que sesiona en Cuba desde noviembre de 2012, cuyo octavo ciclo finalizó el viernes pasado.
Estamos convencidos de que sólo la participación popular en estos espacios será garantía de éxito en tan complejo propósito. Las llaves de la paz están en poder del pueblo, concluye el texto.